martes, 26 de julio de 2011

Heridas sin armas: la distancia como máscara.

Amy Winehouse
Diversos análisis acerca de la historia y evolución del desarrollo armamentístico han señalado la distancia como uno de los grandes potenciadores de la crueldad en los conflictos bélicos . Es decir, el hecho de tener al contrincante a la suficiente lejanía como para no distinguir sus  rasgos, más concretamente, el no tener que aguantar su mirada en un pulso de fuerzas. Esta característa hace cambiar la naturaleza del contrincante de rival sin más a 'objetivo', o lo que es lo mismo, 'objeto' a destruir, eliminar o dañar. Se puede decir pues que la despersonificación en los enfrentamientos, si no tenemos en cuenta el punto de vista de la eficacia ofensiva, supone en cuanto a cuestión humanitaria uno de los peores avances de la sociedad.
Podemos extrapolar esta misma relación a los actuales canales de comunicación mediática dado que, aunque no están diseñados  para tales propósitos, son también un espacio en donde hay gran cabida y enorme cobertura al ataque desmedido a personajes públicos y no públicos sin ningún tipo de control ni mesura. Vamos a verlo con un caso concreto que, por desgracia, ha ocurrido recientemente.
Como todos sabemos hace sólo unos días ha tenido lugar la muerte de unas de las jóvenes cantantes de soul de mayor calado internacional: Amy Winehouse. La muerte de la cantante, así como ha sucedido con otros sonados fallecimientos de los últimos años como el caso de Michael Jackson, está aún sumergido en la controversia mediática que supone el prematuro fin de una vida envuelta en un mundo de adicciones. Diversos medios de comunicación se han hecho eco de la polémica que circula acerca de las causas de esta muerte: se barajan la sobredosis y  el suicidio principalmente. De todos era conocido los graves problemas de drogadicción y alcoholismo que padecía la cantante, tanto es así que incluso su madre apareció recientemente en un medio pidiendo públicamente ayuda con el problema de su hija. Las diversas apariciones de la londinense ebria en sus conciertos no pudiendo ejecutarlos con destreza forjaron la  mala reputación de la misma.
Como era de esperar la historia tiene todos los ingredientes para que se despierten todo tipo de manifestaciones tanto de apoyo a la familia por el hecho en sí de la pérdida como de distintas opiniones acerca de la cantante y de las causas de su muerte. Sin embargo muchos encuentran tanto en las populares redes sociales como en los medios tradicionales de comunicación de masas: radio, televisión y prensa, el cobijo idóneo para realizar sendas críticas, enjuiciamientos y sornas en torno al merecimiento de su muerte y dignidad de la cantante, como ha ocurrido y ocurre en tantos otros casos. Un ejemplo claro de lo que índico son las bromas realizadas por parte del equipo creador de la exitosa serie de dibujos animados 'Padre de Familia' unas pocas horas después del fallecimiento de Amy en el Salón del Cómic como recogieron los medios allí presentes:
http://www.europapress.es/tv/noticia-bromas-censura-muerte-amy-winehouse-20110726124958.html
O simplemente lo podemos comprobar con echar un simple vistazo a las opiniones volcadas en las redes sociales.
Parece ser que al ser humano le cuesta mucho menos herir en la distancia, sea cual sea el tipo de ataque o herida que quiera realizar. Uno de los nuevos problemas que presentan los actuales medios de comunicación,  con especial atención a las redes sociales, es también la despersonificación de los usuarios con lo que esto significa: la práctica impunidad en los ataques. Algunos dirán que es un problema de raíz de estos nuevos medios. Sin embargo, como siempre en la historia del ser humano, no  es perjudicial el avance tecnológico sino cómo y para qué se usa. En definitiva, el problema lo tiene la sociedad, no su conocimiento.

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